viernes, 30 de septiembre de 2022

Piove? Porco governo!

Cuando vivía en Italia me costaba lo infinito comprender la política nacional del país transalpino. Digo infinito porque no la entendía en absoluto. Recurría a mis italianos colegas y amigos para que me la explicasen, pero ellos, igualmente, se sentían incapaces de entender nada. Y así estábamos todos. España es un reflejo pálido del galimatías italiano. Por ejemplo. Aquí la derecha ha gobernado absolutamente sin cumplir nada de aquello con lo que convenció a su electorado, y actualmente gobierna una izquierda bastante extrema que, igualmente, se mete en todos los extremos charcos que a nadie, salvo a ellos, importa. Pero los cálculos del poder sí los entendemos. Allí, no.

De repente, en Italia, los italianos han elegido fascismo para gobernar. A priori no debía extrañar porque, hoy en día, todo lo que no concuerde con el pensamiento mudable de la izquierda gobernante y woke es fascismo. Ya les conté un día que, por la calle, me horrorizó cómo un perro sin duda fascista trataba de corroer una farola ante la pasividad de su fascista dueño. Pero Italia, tan de diseño como es, y diseño reciente, ha elegido a una ¡mujer fascista! sin importarle la Agenda 2030, el calentamiento global, la transexualidad de los canadienses o los falcones neoyorquinos (estos son cosa solo nuestra). 

No tengo ni idea de las razones por las que los italianos han votado a una mujer fascista que se hizo una foto con melones en sendas manos y proveniente del entorno de don Silvio. Esta semana hemos tenido por aquí, donde trabajo, a un italiano bastante culto e inteligente y, al preguntarle por ello, ha respondido lo mismo que respondían los sardos hace veintitantos años: que tampoco tiene ni idea, pero que seguramente tenga que ver con el hartazgo hacia los políticos, los tecnócratas, la ricachona von der Leyen, los delirios energéticos de la UE, la guerra de Putin y la madre que lo parió. También ha recordado que en Italia ningún partido, ni siquiera el vencedor, tan fascista, usa o defiende la violencia para imponer sus criterios.

Dudo que Italia haya optado por una versión matriarcal de Mussolini. La vencedora puede ser agresiva en términos de política exterior y económica, pero ha asegurado a Biden plena continuidad atlantista y ha tranquilizado a los mercados con su pretensión de mantener la deuda pública bajo control. ¿Es de extrema derecha? Aquí tenemos un Gobierno de extrema izquierda desnortado y estamos muy hartos. Los italianos simplemente han votado antes lo que mejor les ha parecido.