viernes, 1 de julio de 2022

Primero de julio

Por si no lo recuerdan, sigue habiendo una guerra abierta en las tripas de Europa. Los ataques rusos en Ucrania aún son lo más demencial, la majadería más peligrosa desde la crisis de Cuba. Rusia, envilecida, continúa matando y destruyendo cualquier cosa al este ucraniano mientras devasta el mundo entero con distintos padecimientos y consecuencias. Es lo que tiene pasar de ser amigo estratégico a enemigo odioso. Los mismos países que gastan una ingente cantidad de dinero en hacer que exista un ejército otanero se gastan otra mucho más ingente en continuar siendo cortoplacistas. Por eso no ayudan a Ucrania aunque digan que sí (salvo los Estados Unidos, deus ex machina a nivel mundial). Y por eso Ucrania saldrá exhausta de esta guerra. El Donbás acabará siendo ruso, lo mismo que los óblasts al norte de Crimea, que también son rusos y no debería. Las sanciones económicas no han servido ni servirán para nada. El resto de Ucrania, o lo que permanezca de ese país, se convertirá en candidato a todo y lo mismo vuelve a ganar Eurovisión. 

Sabemos que ni la Unión Europea ni Alemania pueden resistir un embargo del gas ruso. Los inviernos son largos y fríos, y el perpetuo invierno ucraniano no va a interesar a nadie, sobre todo viendo cómo están las cosas por estos y otros pagos. Si para bajar el precio de la comida, del gas o de la electricidad se ha de permitir que Rusia controle las zonas de Ucrania que le interesan, mandaremos a los ucranianos a freír espárragos. Por mucha razón que tengan. No lo diremos muy alto porque suena feo y, cuando nos sobrecogimos, alojamos cientos de miles de exiliados en establecimientos vacíos de la costa, de los que han sido desalojados con la llegada de la temporada alta. Antes las vacaciones que una guerra. 

Quizá me equivoque, porque estoy jugando a ser analista, pero las conversaciones (que las hay aunque no se mencionen) deben de estar tratando de arreglar este feo asunto para que Rusia crea haber ganado y no quedarnos sin gas, sin trigo, sin tierras raras ni petróleo. Mucha OTAN y mucha estrategia, pero el flojo Biden ya ha criticado al actor presidencial ucraniano por no haberlo escuchado los días previos a la invasión de Baldomero. De verdad, que están preparando el otoño. Y no será bueno para Ucrania.

Por estos motivos no me interesa lo de la OTAN. Es parte de la gran mentira en que hemos convertido la civilización moderna. Mucha paz y mucho orgullo, pero el mundo se sigue conformando a golpe de guerra. Como en tiempos pasados. Y futuros.