viernes, 17 de diciembre de 2010

Facetime

Si las noticias de allende el Atlántico se confirman, acaba de subastarse un importante número de acciones o títulos de la empresa Facebook. Si usted disponía de dinero (cosa complicada en los tiempos que corren) y se enteró a tiempo, quizá sea ya un co-propietario (bastante menor) de la compañía californiana. Y si así es, dígame por favor, pues me cuesta entenderlo, dónde está el truco, por qué esa empresa vale tantísimo dinero, qué es lo que vende para que su negocio sea un éxito. Zara vende ropa. Apple vende chismes. Talleres Suárez vende servicios de chapa y pintura. ¿Qué vende Facebook?
Vaya por delante que, en mi opinión, Facebook no es sino un panel de anuncios individualizado al que le han unido las chorradas más inútiles que uno pueda imaginarse. Sirve para estar en contacto con la gente: de acuerdo. Sirve para tener ahí a los amigos y a los que comparten intereses comunes: vale. Sirve para que usted pierda el tiempo con sandeces del tipo galletitas de la fortuna, granja virtual, preguntas absurdas: idioteces sin remedio. Y sirve para cotillear sin parar, saber de las vidas ajenas y hacer de este patio de vecinas (porque eso y solamente es una red social, leñe) el parangón universal del chismorreo. ¿Y alguien puede hacerme creer que, por todo eso, Facebook vale la millonada que dicen que vale?
Aquí hay gato encerrado. O eso o la locura se ha adueñado del mundo de una forma mucho más absoluta de lo que pudiésemos imaginar. Porque, ¿de dónde saca esta gente el dinero para pagar sueldos y hacer de su dueño uno de los tíos más ricos del planeta? Me gustaría ver sus ingresos por publicidad: ¿o acaso usted decide consumir Coca Cola o comprarse un Toyota por un anuncio visto en Facebook? No, ¿verdad? Ni usted, ni nadie. Que una empresa como ésta deambule por la estratosfera del mercado tiene mucho que ver con la información que guarda en sus tripas. Y los usuarios creyendo que lo que hacen es divertirse chismorreando juntos acerca del último concierto de Lady Gaga o intercambiando las fotos del fin de semana…
Qué tiempos estos que vivimos, qué de misterios oculta. Imagino que, de aquí a unos años, en alguna nueva crisis, Facebook y otras empresas del ramo se darán una galleta que ni la de la fortuna ésa que tienen en sus aplicaciones. Pero mientras tanto, vivir para ver: un modelo de negocio vacío convertido en éxito absoluto, y su dueño, que no será tonto pero muy honrado tampoco parece, portada del Time.