viernes, 17 de diciembre de 2021

Oposición o posición

A la principal oposición al arte de gobernar sin gobierno (cfr. Sanchismo) le viene grande la tarea. Se les da mejor zurrarse entre ellos, especialmente el julepe de patio con que los rezagados de clase creían resarcir sus frustraciones a costa de los empollones, que no las tenían (si lo sabré yo, que encabezaba a estos últimos). Aquí los rezagados son quienes controlan la soldadesca (tropas disciplinadas son los partidos) y los empollones esos sargentos bravillos que sí saben ganar elecciones (como una ayuso) o recobrar la dignidad ideológica en territorios comanche (como una cayetana) que luego ellos arruinan. Por buen camino van yendo. 

Hay un segundo partido opositor, escisión del primero, al que arrean con denuedo por creerles hijos de Satán, que no suyos (que lo son). Que prefieran esta labor a oponerse a este Gobierno, posiblemente el de más fácil oposición desde la época de don Viriato, es una canallada. Será que no encuentran motivos suficientes para hacer con ilusión su trabajo. Es normal: enmudecieron ante aberraciones como el cerrojazo del Parlamento en tiempos de pandemia y defienden las medidas medievales que sacan del magín quienes, gobernando, no quieren darse por enterados de que su misión es gestionar, no salvar el mundo del Apocalipsis, que es justo lo que acontece cuando uno se esfuerza por evitarlo y arrastra a todos los nacidos al camino de la pobreza y la desesperación. La ayuso plantó batalla y arrasó. Me pregunto quién les hace a estos pardillos los informes…

En realidad, la oposición al Gobierno la vienen ejerciendo los ciudadanos, hartos de pagar más y más impuestos, tarifazos eléctricos, plusvalías inconstitucionales, hartos de yoliprogres comunistas con audiencia vaticanal, falcones a destajo, huelgas de osos de peluche, prisión preventiva a varones solo por haber nacido, concesiones sin límite a secesionistas y proetarras, hartos de presupuestos risibles y de mentiras sin límite… Hartos de este sindiós en que una pandilla ha convertido el pasado, presente y futuro, porque doquiera que ponen la mano no dejan cosa sana. Y, ¿a qué está la oposición, aparte de tirotearse entre ellos? ¿No vieron aún qué fácil es ganar al indocto que nos desgobierna, ya sea juntos o revueltos? 

Creo que les abruma el envite. Y que prefieren matar ayusos y cayetanas y abascales, esos bichos de la sabana que les han de llevar en volandas al monclovismo anhelado por todos. Pero no, lo siento mucho, así no llegan. Para sancheces ya tenemos las originales y auténticas.