viernes, 15 de julio de 2011

Qué mundo éste

Esta semana he tenido la deprimente sensación de que este país se va a ir literalmente a la mierda, y perdonen la expresión. Que poco importa el potencial de recuperación que tengamos ante la crisis y que tanto da que seamos uno de los grandes mercados europeos, o que tengamos empresas líderes en sectores como el textil o el bancario o el termosolar, o que nuestra red de infraestructuras sea envidiable y dispongamos de acceso a Latinoamérica, o que seamos esforzados y sufridores. A la postre, sólo importarán los dichosos seguros de impago (CDS) que están poniendo en coma a España o Italia y destrozarán vivas a Grecia o Portugal. Y todo eso me da mucha pena: nos vamos a ir al carajo a causa de estas armas de destrucción masiva, que doblegan gobiernos (les da lo mismo el horror que padezcan las gentes), se esconden en paraísos fiscales y nadie, absolutamente nadie, parece saber parar o simplemente prohibir. 

Además, casi me da lo mismo si la causa de la gran tragedia proviene de los CDS o de Moddy’s o de los pisos sin vender. Creo que los males que padecemos provienen de muy antiguo y que sus raíces se extienden hasta todos y cada uno de nosotros. Nos hemos dedicado, como sociedad, a crear más y más dinero, y poco nos ha importado que muchos se mueran de hambre o a cañonazo limpio en alguna de las variadas guerras que nos sacamos de la chistera (se llama geoestrategia). 

Merecemos esta crisis, y muchas otras que vengan detrás. Aunque, como casi siempre, a los grandes beneficiarios del hambre o las guerras no les tocará sufrir nada. ¡A veces vendría bien disponer de un dios justiciero que vengase las injustas amarguras de nuestro mundo en la carne viva de los poderosos, así fuera a bombazo limpio!

¿Han advertido, además, la descarnada ausencia de liderazgo de que adolecemos? Elegimos adalides que parecen maniatarse ellos solos frente al intangible poder anónimo. Europa toca la lira (helénica) y sólo sus habitantes disfrutan de un concepto que los políticos no hacen sino estrangular. EEUU es un fiambre metidito en escabeche y China es muy complicada, casi parece el salvador. Entonces: ¿quién nos está destruyendo? ¿Será Warren Buffet, los accionistas de Fitch, los habitantes de las Bermudas? 

Qué mundo éste: nos masacran quienes antes nos necesitaban para aumentar su riqueza. Por haber encontrado ellos otras novias y otras dotes, mejores y más suculentas, ahora nos vemos todos descompuestos a la salida de la iglesia.