viernes, 9 de julio de 2010

Las cosas del fútbol

Lo que tiene el fútbol. Sus cosas buenas y sus cosas malas. Y sus cosas curiosas. Incluso para quienes, como yo, el asunto del Mundial 2010 nos da un poco lo mismo, aunque eso sí, nos alegremos del éxito del equipo español. Yo me alegro. Y mucho. El pasado miércoles, incluso estuve viendo el partido. Y me contagié de la euforia final, esa suculencia exquisita que proporciona la victoria.
Tiene cosas buenas el Mundial. Por ejemplo, une y aproxima a los ciudadanos. Eso de compartir una misma alegría y una misma tristeza es algo encomiable en estos tiempos de egoísmo desconsiderado. Hay sentimiento de eso que aquí se llama Estado, y que en todas partes se llama España. Luego acaba el partido y todos volvemos a ser vascos, catalanes, gallegos, mirobrigenses o de Ponferrada. E incluso muchos olvidan que estaban animando a una selección. Pero no importa. Los sentimientos profundos a menudo no necesitan de signos. Ni siquiera el de una camiseta o una bandera, cosas que en algunos sitios produce escozor. Están ahí. Si escuecen, acaso sea porque tienen su importancia.
Otro ejemplo muy bueno del fútbol, aunque breve, es que los micrófonos que atienden a los políticos permanecen callados mientras el balón está en juego, como se dice en el argot. Qué descanso, oiga. Y que les roben las portadas, más aún. Los futbolistas se parecen a los políticos en que sus declaraciones están repletas de palabras prefabricadas. Pero estos últimos sólo tratan con ello de rellenar vacíos y provocar confusión (ya lo criticaba Orwell en su momento). Algunas veces, incluso los titulares deportivos, que me parecen horrendos casi siempre, aplacan un poco la ansiedad del trasiego político…
Las cosas malas del fútbol, creo que las omitiré por hoy. El país entero es un clamor en pos de la gloria balompédica, y no seré yo quien venga a soltar monsergas ahora.
Y las cosas curiosas parecen inauditas. ¿Ustedes han leído el caso del oráculo cefalópodo, del pulpo Paul que vive en un acuario y predice los resultados del campeonato? Para mondarse. Ya podrían los del Aquuarium donostiarra encontrar un escualo o un galápago capaces de predecir, qué sé yo, algo útil, las cotizaciones de bolsa o los números de la primitiva. Los alemanes van sobrados en lo mundano, les basta con el fútbol. A nosotros que la naturaleza nos eche una mano para sacarnos las castañas del fuego, no nos vendría mal. Pero que nada mal. Eso sí, que el pulpo diga que ganamos la Final.