viernes, 13 de agosto de 2021

Luz exosférica

El miércoles el sol emergió tras una franja ancha de polvo graso que se extendía por el oriente. Lo único que podía avistarse era una colosal, gruesa, densa faja de polvo iluminado, sin atisbo alguno del disco solar. Ayer, jueves, esa fosca calimosa aparecía atenuada y era posible contemplar un astro rey más humilde y sencillo, de contornos nítidos. Ninguna sensación de fresco en la moto a esas horas. El calor seguirá aumentando. Dicen que persistirán por un tiempo estas jornadas caniculares…

A causa de ello, por el día y por la noche, zumban los aparatos de aire acondicionado. Funcionan con electricidad, ese suministro cuyo precio, hoy mismo, está no por las nubes, sino en la termosfera, donde los transbordadores espaciales. Una parte del disparatado precio de la luz proviene del encarecimiento del gas que la genera: Asia demanda mucho, Filomena arreció en invierno, hay problemas de suministro y, por tanto, las reservas son bajas (cuanta mayor la carestía, mayor el precio). Otra razón se halla en las restricciones de emisión impuestas por la UE, lo que impulsa el precio de los derechos hasta la troposfera (cuanta mayor la restricción, mayor el precio). Centrales nucleares y de ciclo combinado (las que usan gas) generan similar cantidad de electricidad, siendo el precio de esta última la que marca el precio final (la más cara ofrece también mayores beneficios a las baratas). Finalmente, en la mesosférica factura de la luz figura el IVA y otros impuestos. 

En toda Europa, el precio de los mercados mayoristas de electricidad ha evolucionado de forma similar en el último lustro. La volatilidad proviene de traducir todo este batiburrillo al mercado minorista, que es el suyo o el mío. En España, el precio regulado es dinámico, caso único en todo el orbe europeo y donde se están produciendo las circunstancias más escandalosas. Alguien se está haciendo de oro especulando con un mercado regulado, y no son precisamente las eléctricas quienes vencen en esta partida (aunque les gustaría). 

El Gobierno podría hacer algo: tocar el IVA (pero anda necesitado de ingresos) y diseñar una estrategia coherente a largo plazo (de la que carece, como en casi todo). En lugar de ello, se dedica a culpar a los Gobiernos anteriores, a insultar a las eléctricas (UP es Gobierno, no lo olviden) y a sugerir horarios óptimos de planchado y lavadora. A esto, a teñir de socioemocionalidad las mates de los niños y a poner a caldo a los jueces que no les son afines, lo llaman gobernar. Arrieritos somos…