viernes, 7 de febrero de 2020

Seguir menguando


Dos contra uno… Nos quejábamos de niños cuando se interponían dos contrarios al regate. Julio César explicó que para desemboscar un soldado se necesitan tres por la otra parte. ¿La mayoría puede a la minoría? No, no es verdad. No al menos en el mundo del mercado y los negocios. En España hay 800.000 productores agrícolas y solo 10 grandes distribuidores: ganan estos, por goleada. La fruta que usted y yo comemos cuesta un 15% más cara que en 2005, pero al agricultor le han bajado el precio en el mismo periodo un 25%. Cuando el supermercado lanza una oferta en las naranjas, con frecuencia lo hace por debajo del precio de coste, y el marrón se lo endiña al que las ha cultivado y recogido. David nada puede frente a Goliat. Son casi un millón de davides y están perdidos. Lógicamente, han salido a la calle a protestar.
La España menguante, la del campo, ocupa la mitad del territorio, espacio que ocupa solo un 15% de la población del país. La España creciente no deja de ganar ciudadanía, siete millones en 20 años, y la España menguante no deja de perderla (en mi terruño de las Arribes solo queda una niña de 15 años, nacida pocos días después que Queco). Aquello en lo que trabajan, criar corderos y terneros, apenas supone el 10% del PIB. ¿Quién les va a tomar en serio? En mi pueblo ni siquiera hay un mísero bar. Y ya les cuento lo que supondría aspirar a disponer de un comercio online de algo con la paupérrima velocidad que alcanzan allí las redes telefónicas. Si hablamos de infraestructuras, ya saben dónde no encontrarlas.
Cada vez que un partido nacionalista consigue capacidad de poder frente al Gobierno, la España menguante se echa a temblar. Incluso los que votan al partido ganador. No veo a Urkullu (y a ningún presidente autonómico con poder) negociando una mejor política agraria para Extremadura o Castilla. Y, lo que más duele, no veo al Gobierno central ejerciendo su responsabilidad para mejorar a aquellos territorios de los que no depende (ojalá me equivoque). Si anteriores mayorías no se ocuparon de los menguantes, ¿por qué diantre habría de hacerlo una coalición tan interesada en ellos mismos como la actual que gobierna?
No es el SMI. No son los carburantes ni tampoco las cotizaciones sociales. Es el carácter menguante de esa mitad de España que se queda sin gente, por donde no pasan las caravanas electorales y los asesores áulicos hace tiempo que se olvidaron de su existencia, aunque algunos proviniesen de ella.