jueves, 12 de septiembre de 2013

La energía del Gobierno

Esto dice el Real Decreto vapuleado por la casi extinta Comisión Nacional de la Energía (que usted puede consultar en Internet): en los primeros meses de 2013 llovió mucho e hizo mucho viento, y esto supuso el hundimiento del precio de la energía en España a mínimos históricos. Para quienes pagan su electricidad a través de indexación (no somos ni usted ni yo, que no podemos), hubo días en que la factura energética fue casi cero. En esos días, apenas se quemó gas o petróleo (que importamos) para producir electricidad. Problema: que las empresas eléctricas tradicionales obtienen menos ingresos. Otra perla: la rentabilidad razonable para las renovables será de 7,5% antes de impuestos; para la nuclear, parecida a la del año pasado, un 250%; para la gran hidráulica, alrededor del 1.600% (datos de 2012). Y otra más: pese a que la normativa europea promociona el autoconsumo, en España los autoconsumidores deberán pagar las centrales térmicas de gas natural de Iberdrola, Endesa y similares (y que instalaron a destajo creyendo que el consumo eléctrico subiría ad infinitum, como el precio de los pisos). Se le denomina “peaje de respaldo” y supone, en pocas palabras, que si tiene placas solares en el techo y con ellas se abastece de electricidad, con el peaje pagará por la energía que ahorra con su instalación. Increíble, pero cierto. 

Uno, en su modesto entendimiento, supone que si el RD (vapuleado, pero de forma solo consultiva) ha sido redactado en los términos en que ha sido redactado, algo habrá tenido que ver con el hecho de que las eléctricas tienen en plantilla a flamantes ex presidentes del gobierno, ex ministros y ex prebostes, que aunque no sepan mucho de electricidad, saben mucho de teléfonos rojos. 

Al final resultará que cargarse las renovables le va a salir gratis a este Gobierno. Y resultará que las empresas convencionales, que defienden su oligopolio, no lo podían permitir, y no lo han permitido. El RD sigue al pie de la letra lo perseguido por éstas, y se ha demostrado que al Gobierno poco le importa la apuesta por democratizar la energía (con la aparición de nuevos actores pequeños o familiares), el medioambiente, el ahorro o lo que diga la UE. Al grito de “las renovables son caras”, y justificándose en errores de bulto (tema primas), van a destruir uno de los pocos tejidos industriales en los que España era líder. Como también retrasarán durante décadas aquel bonito sueño de “la energía: limpia, por favor”.