viernes, 11 de diciembre de 2009

Que inventen ellos

Hace año y pico ya, comenté las buenas sensaciones que me ofrecía Cristina Garmendia como ministra de Ciencia e Innovación. Sus primeras declaraciones parecían bien orientadas. Eran lógicas las expectativas. En aquel momento, pensé que con Garmendia se producirían las mejoras que habrían de lanzarnos a la definitiva vanguardia de la investigación europea. Me equivoqué.
Todo va a cambiar, y a mucho peor. Se venía diciendo en los mentideros. Se rumoreaba en los ambientes bien informados. El BOE, destripada su farragosa narrativa y su críptica gobernanza, apuntaba hacia un ministerio demasiado estático, cosa que en política significa estar acabado. El recorte previsto en los Presupuestos para 2010 hundió los ánimos. Y finalmente, "Nature", la más prestigiosa de las revistas científicas, la que más se lee y comenta, ha sepultado las dudas que aún permanecían latentes con un durísimo editorial.
El Gobierno se excusa en la crisis económica para acabar con veinte años de esfuerzos en ciencia e innovación. Usted, lector, se preguntará cómo puede ser tal cosa: un mal año lo tiene cualquiera, y un pequeño frenazo no debería suponer mayor problema. Pero sí lo supone. La ciencia y la innovación es el motor que hace progresar a la economía, a las empresas y a los ciudadanos. Nos hace competitivos, genera empleo y aumenta las capacidades productivas. Es un factor lento, costoso, necesitado de recursos e impulso continuado: no puede detenerse. Que sólo el 21% de las empresas españolas invierta en innovación, según los últimos datos del INE, da justa medida del esfuerzo que supone ser competitivo. Podríamos dejar que sean otros los que inventen, cosa que acabará sucediendo si España se aleja de Europa en este asunto, pero nos hundiríamos en el pozo del retraso, el desempleo y la falta de oportunidades.
Por eso duele tanto que, lejos de promover el tan cacareado cambio de modelo productivo, el Gobierno decida hundir el presupuesto en ciencia e innovación hasta las tinieblas. Y la responsable no es otra que Cristina Garmendia: por su incapacidad a la hora de articular un ministerio operativo, por su inexperiencia política y por su ridícula entidad dentro del Consejo de Ministros. Eso sí, se le da muy bien cesar a colaboradores críticos.
Alemania va a recortar el presupuesto en todos los sectores excepto en Investigación y Educación. Grecia, que es más pobre que nosotros, también. Garmendia, en cambio, juega a que inventen ellos.