Preámbulo: durante décadas, los científicos han
postulado que el dióxido de carbono (CO2) y otros gases producen el llamado
efecto invernadero. Nudo: las temperaturas aumentaron a lo largo del siglo XX,
a la vez que los gases de efecto invernadero (GEI) proliferaron debido a la
actividad humana. Desenlace: El calentamiento no obedece a otra explicación,
los GEI son necesariamente su causa, el hombre es el responsable.
La lógica que he descrito es la que todos hemos
asumido como cierta. Pero las cosas son más complicadas de lo que nos han
venido vendiendo las televisiones. Hay puntos en el informe IPCC, el célebre
panel intergubernamental de la ONU, que cuestionan el resultado de la acción
humana sobre el clima. Podríamos estar enfriando el planeta, no calentándolo.
Las pruebas son tan circunstanciales, tan sumamente inciertas, que suena
absurdo el cariz que están tomando las cosas. Al menos para mí es absurdo. Y
no me gusta.
Si la cantidad de CO2 fuese doble que la actual, no
se incrementaría dramáticamente la temperatura del planeta. Si redujésemos las
emisiones de CO2 a la mitad, la reduciríamos menos de 0.5 grados. Entonces,
¿por qué diantres nos alarmamos tanto? Quizá debamos analizar otros causantes
del calentamiento. La prestigiosa Physical Review Letters ha publicado
un estudio sobre meteoritos que atraviesan la Vía Láctea. Reciben
un 10% más de daño debido a rayos cósmicos. Una variación tal sobre la Tierra alteraría
las temperaturas planetarias hasta en un 15%, suficiente para devolvernos a la
edad de hielo. Las variaciones del flujo de rayos cósmicos pueden explicar las
enormes variaciones que el clima terrestre ha evidenciado en 550 millones de
años. El sol los produce, aparte de mandarnos calor. ¿Resulta que nos habíamos
olvidado también del sol? La
Mars Odyssey ha revelado que Marte sufre de calentamiento
global. Y no parece que los marcianos quemen petróleo o
construyan fábricas. Estos hechos paralelos, en la Tierra y en Marte, serían
consecuencia del mismo factor: variaciones de la radiación solar. Ya ve cómo están las cosas fuera del IPCC.
No pretendo convencer a nadie en 2700
caracteres, los que contiene esta columna. Pero sí mostrar mi opinión. El
cambio climático es mucho más de lo que los politicos y los alarmistas
advierten. A mí me da lo mismo que usted haga de ello su bandera. O que se
apunte al carro medioambiental para no ser acusado de petrolero. Luche contra
el calentamiento global, si es lo que quiere, hacer del mundo un lugar mejor es
crucial e imprescindible. Por supuesto que debemos paliar los efectos nada
desdeñables de una actividad humana insostenible. Pero no lo hagamos cercenando
las muchas investigaciones que aún quedan por hacer.